domingo, 17 de enero de 2016

Privatofobia y Publicofilia



El miedo irracional al sector privado por considerar que los empresarios son intrínsecamente malvados, mientras el amor al sector público (estatal) por considerarlo intrínsecamente bueno también es irracional, como cualquier fobia o parafilia, proviene del desconocimiento de como funciona el gobierno y el sector privado. Para decepción de muchos  los gobiernos no funcionan como las empresas privadas por lo tanto esperar que puedan administrar una de manera adecuada es muy difícil, porque los incentivos son diferentes y también las consecuencias, cuando una empresa privada va mal quiebra, cuando una pública va mal, simplemente se le quita dinero al contribuyente para mantenerla a flote.

Cada vez que se va a vender una empresa estatal o publica como se le llama habitualmente, salen una cantidad de ciudadanos indignados desde de izquierdas y  hasta de derechas. Las razones que expresan para su oposición a la privatización  son incontables, por lo que solo hablare de los que me parecen más comunes. Uno de ellos lo encontramos en un sentimiento de nacionalismo económico, muy común en Latinoamérica. Les molesta enormemente que una empresa pública termine siendo comprada por extranjeros,  consideran que eso es poner un tubo desde su país hasta el país comprador por el que se ira el dinero, que podría quedarse en el país vendedor. Eso realmente no es cierto, los compradores extranjeros tendrán que seguir con la empresa comprada por lo que los puestos de trabajo los tendrá que seguir pagando, también deberá pagar impuestos al país y en caso de vender bienes y productos dentro del país comprado los venderá a un valor de mercado competitivo para poder conservar su cuota de mercado, lo cual beneficia a los consumidores del país. Las ganancias la empresa no se las llevara enteras fuera del país, ya que si quiere seguir creciendo deberá reinvertir sus ganancias (capitalización) , y lo que saque del país a la final será mucho menos de lo que se pueden imaginar, aunque los inversores podrían dejar parte de su dinero en el país si no fuera por los elevados impuestos. En caso de que la empresa vaya mal quebrara y los huecos financieros que tengan no serán llenados con el dinero del contribuyente.



Podríamos decir la razón de fondo, de no querer que las empresas publicas pasen a manos privadas, es la envidia a hacia  las ganancias económicas, prefieren tener pérdidas a ver el éxito ajeno, prefieren que políticos, burócratas y funcionarios corruptos se llenen los bolsillos por robar y gestionar mal la empresa, a que  extranjeros ganen dinero por administrar bien una empresa. Pero si la situación fuera inversa donde fueran sus compatriotas los que ganaran dinero comprando una empresa extranjera, no les molesta. Si las empresas públicas dan perdidas es por la mala administración, la burocracia y los intereses políticos, al ser vendidas, estos palos en la rueda desaparecen por lo que en manos privadas es normal que den beneficios. Los accionistas e inversores no van a tener una empresa para que sea saqueada por sus empleados, burócratas y políticos. En el sector público desfalcar dinero es de lo más común,  y sobre todo en países latinoamericanos donde la corrupción está fuertemente arraigada. En el sector privado la corrupción es menor ya que los accionistas no están para perder dinero por lo que son mucho más vigilantes y estrictos con la corrupción al interior de sus empresas, por lo que al que pillan robando se va a la calle y a la cárcel según la gravedad, en el sector  publico rara vez pasa lo mismo con los desfalcadores.




Los incentivos  del sector privado frente al público son diferentes, los de los primeros benefician a todos y el de los segundos perjudican, El sector público es administrado por funcionarios  elegidos por políticos que estarán en su cargo un tiempo limitado, por lo que la planificación política es a corto plazo, no le interesa el mediano ni el  largo plazo, por lo que sabe que solo estará en ese cargo por poco tiempo. Por lo que solo estará motivado para mostrar resultados inmediatos, además sus motivaciones son políticas, por lo tanto poco le importa si la empresa da beneficios o perdidas mientras él pueda seguir teniendo réditos políticos. Además los funcionarios que están a cargo de la administración tampoco tienen incentivos para un correcto manejo de la empresa, ellos están para satisfacer a los políticos a cargo de la empresa, los cuales ya sabemos que son indiferentes a las perdidas, las cuales saben pueden ser subsanadas con el dinero del contribuyente.


Todo lo anterior expuesto lo hice suponiendo que no hubo corrupción, que si la sumamos como variable a la ecuación el resultado es peor, dependiendo del grado de corrupción en el país será su impacto. Muchos inocentemente creen que el problema se soluciona con reemplazar estas manzanas podridas por políticos honestos, gracias a ese pensamiento Latinoamérica lleva dos siglos de miseria esperando esos ángeles salvadores, esperan a que lleguen esos políticos honestos como los de los países nórdicos que no llegaran, y aunque llegaran seguiría existiendo el problema inicial, las pérdidas se socializarían, siendo el contribuyente el perjudicado.  

lista del año 2014 sobre corrupción 


Algunos dicen que las empresas a cargo del estado que den beneficios no se deben privatizar porque sus ganancias, el estado las usara en beneficio del país. Pero este planteamiento tampoco es correcto, no hay forma de saber si una empresa siempre dará ganancias o pérdidas, hoy puede dar beneficios pero mañana ser un gran lastre para el presupuesto de la nación. También habría que analizar a que costo se obtienen los beneficios, podría deberse no a una buena administración, sino a una práctica monopólica del estado, donde no permite que otras empresas compitan con la estatal, o asfixiándolas con impuestos y regulaciones que hacen que sus costos de producción sean mayores a los de las estatales, obligando a las privadas vender sus productos o servicios por encima de las públicas, en este caso hay un gran perjudicado, el consumidor que es obligado a pagar más por un bien o servicio que podría adquirir por un valor mucho menor sin la intervención del estado. En este caso vemos que el dinero que el estado ingresa por los beneficios de sus empresas realmente se lo está quitando a los consumidores al obligarlos a pagar más.

Ahora supongamos que las empresas estatales obtienen beneficios, sin que el estado intervenga regulando, prohibiendo o asfixiando con impuestos a las empresas privadas que compiten contra las estatales, esos beneficios estarán primero en manos de la empresa que a través de la burocracia llegara hasta los políticos de turno quienes decidirán como se usara ese dinero. No hay ninguna garantía que se use ese dinero sabiamente por los políticos y funcionarios por muy honestos y buenas intenciones que tengan.  Por lo que para que las empresas públicas realmente puedan llegar a ser beneficiosas para el país se necesita de todas esas condiciones que expuse anteriormente: cero corrupción, cero intervenciones estatales en la economía, que se pierda lo mínimo en burocracia y que el destino final del dinero sea rentable o por lo menos no sea desperdiciado. En la práctica estas condiciones no se dan ni siquiera en los países escandinavos, y ya ni que decir de Latinoamérica.

Manuel Llamas - Las empresas públicas son de los políticos, no del pueblo


Uno ejemplo de lo que he expuesto es el caso de la petrolera estatal de Uruguay ANCAP, la cual durante la administración de Pepe Mujica, el presidente mejor valorado en este momento en Latinoamérica y tal vez en el mundo, tanto por gente de izquierda como de derecha a la cual ha comprado con su humilde estilo de vida y sus bonitos discursos, yo lo llamo a él el Ricardo Arjona de la política. Bajo la presidencia de este bonachón y honesto presidente, ANCAP incumplió todos los requisitos que se necesitan para ser beneficiosa para el país a pesar de ser uno de los países menos corruptos y contar con presidente muy bien valorado en honestidad, responsabilidad y compromiso con su nación, ANCAP dio millonarias perdidas a un país muy pequeño dejandole un gran agujero, que pagaran todos los contribuyentes. Todos esos idealistas que dicen consignas de que tal empresa estatal es de todos, debería recapacitar, pensando dos veces ¿cuándo esa empresa estatal tuvo beneficios a usted le dieron el dinero correspondiente a su parte? – con toda seguridad no, pero si esa misma tiene perdidas a usted le tocara pagarlo vía impuestos. Los políticos de turno, los sindicatos asociados a ella y los funcionarios que las manejan son los verdaderos dueños de las empresas que usted llama públicas, son ellos quienes se benefician no el ciudadano de a pie.

Las experiencias con las privatizaciones en los 90 en Latinoamérica fueron desastrosas en la forma en la que se hicieron, si bien era necesario que el estado dejara de poseerlas, sus ventas estuvieron llenas de corrupción y mala gestión, se suponía que el dinero era para reducir el déficit fiscal que tenían los países latinoamericanos que estaban endeudados hasta el cuello, se suponía que con ese dinero balancearían sus cuentas, pero lo que paso fue que pagaron parte de sus deudas para pedir más dinero prestado. Los gobiernos vendieron pero no desregularon la economía, teniendo como consecuencia la aparición de prácticas corporativistas, o conocidas como crony capitalism (capitalismo de compinches), donde el estado y el sector privado duermen en la misma cama. Así que el remedio termino siendo peor que la enfermedad.  Para una correcta privatización que en verdad beneficie a los ciudadanos se necesita que haya desregulación económica y el dinero de la privatización no caiga en manos de políticos. Para esto se necesita privatizar como lo expone genialmente el economista Juan  Fernando Carpio en su capítulo5 del libro “diez lecciones de economía”  poniendo a la republica Checa, el método sellama “ciudadanización”   el cual consiste en pasar las empresas estatales a todos los ciudadanos en forma de acciones en cantidades iguales a todos, las cueles pueden ser vendidas, traspasadas e intercambiadas. Los dueños legítimos ahora de cada empresa serán los ciudadanos en posesión de sus acciones.










domingo, 10 de enero de 2016

Los anarco pijos/fresas. Los antisistema de clase media y alta.





Entre los jóvenes es muy común ver jóvenes que lo tienen todo, viven mejor que la media que son rebeldes contra el sistema, lo cual en si no es malo, si se busca un sistema mejor como lo hacemos los libertarios. Pero lo que defienden es precisamente lo contrario por no decir que suelen ser bastante contradictorios, los puedes ver con una bandera el orgullo gay mientras usan una camiseta del Che Guevara, quien fue un homofóbico que mando a homosexuales a los gulags Cubanos.
  

Los pijos también conocidos en Latinoamérica como fresas  gozan de una posición social buena gracias al nivel económico de sus padres quienes les financian su vida, algunos de ellos se van por la senda de los antisistema, algunos usan símbolos anarquistas otros usan imágenes y consignas soviéticas, del Che y  Fidel Castro mayoritariamente, junto a esto tienen toda una serie de productos capitalistas. También están los que se consideran anarquistas, pero que no tienen ni idea sobre anarquía o han leído literatura sobre ella, no tienen ni idea de quién es Bakunin o Spooner. Piensan que la anarquía es violencia y rebeldía, la degradan rebajándola a solamente odiar la autoridad y agredirla. Ahí es donde vienen las grandes contradicciones de muchos, mientras no quieren obedecer ninguna autoridad, al mismo tiempo quieren que el estado les ofrezca todo lo que necesitan como educación, sanidad, vivienda, cultura y todo lo que ellos consideren vital.







Posiblemente las exigencias de los anarco pijos tengan origen en sus familias, posiblemente errores de los padres en la crianza de estos jóvenes, hayan creado a estos jóvenes que lo quieren todo y a la vez no quieren estar bajo ninguna autoridad. Posiblemente a estos jóvenes sus padres les han dado todo sin pedirles nada a cambio, he visto en muchas familias este comportamiento de padres amorosos y sobreprotectores, que aman en extremo a sus hijos llegando al punto de ser incapaces de corregirles o exigirles un buen comportamiento, les dan regalos costosos a pesar de que sacan malas notas y/o los desobedecen. Premiar y no castigar han creado una generación que no valora el esfuerzo y el trabajo duro, se acostumbró a que todo se lo den. Por lo tanto quieren trasladarlo al resto de su vida, esta vez quiere que el Estado se comporte como sus padres, que le proporcionen todo lo que ellos exijan sin dar nada a cambio ni obedecer reglas.


Hace pocas semanas un anarco pijo se volvió famoso al agredir con un puño al presidente Español Mariano Rajoy, dándole justicia proletaria, como la que proponía Pablo Iglesias una vez en un acto público.  El protagonista de este violento hecho fue un menor de edad, conocido por sus amigos como “el Capi”,  este joven encaja perfectamente en lo que llamo un anarco pijo, el capi no es un hijo de proletarios ni de marginadossociales, él es de una familia acomodada.




Algunos twits de el Capi.

 El abandono escolar, las malas notas académicas y los ninis (ni estudian ni trabajan) se encuentra varios de los anarco pijos,  rebeldes que se la pasan bebiendo y consumiendo drogas con el dinero que sus padres les dan, el cual se lo han ganado en el sistema que tanto odian, no me gusta generalizar por lo que no estoy afirmando que todos los anarco pijos sean consumidores de alcohol o drogas. Antes de estar quejándose del sistema, dar mal nombre a la respetable ideología anarquista  y adorar genocidas como el Che o Lenin, deberían preocuparse por leer y formarse, si quieren ser anticapitalistas están en todo su derecho, son libres de hacerlo, pero por lo menos lean diversas fuentes , aprendan todo lo que puedan, tal vez les pase como me paso a mí hace un tiempo en mi época anticapitalista, que después de leer cosas interesantes la duda se sembró en mí, permitiéndome después conocer las ideas libertarias y comprender que era el  capitalismo.  





Para los que en verdad quieran ser anarquistas, sean consecuentes con él, así como no quieren sumisión ante el poder, no pretendas que el estado te lo todo, no le digo no consuma nada del Estado, ya que desgracia no es posible, sobre todo en las que el estado tiene el monopolio como es la sanidad o la educación. Como anarquista tampoco le des mal nombre a tu ideología haciendo apología a la violencia o practicándola. Lee mucho sobre el anarquismo y sus diferentes formas. Tal vez llegues al anarquismo de libre mercado de la escuela austriaca de economía.