lunes, 16 de noviembre de 2015

Diferencias entre la cuarta revolución industrial y las expectativas de la ciencia ficción.






Este año 2015 internet estuvo inundado de chistes y memes sobre la saga de películas “Back to the Future “ ya que su primer película se sitúa en un viaje en el tiempo donde el protagonista Marty viaja desde 1985 al 2015, en ella podíamos ver muchas cosas futurista que para decepción de muchos, no existen, están en desarrollo o aún son muy costosas para su producción en masa. No obstante es la única película, libro, o serie que  se aventuró a predecir el 2015 sin acertar en como seria. Las expectativas tal vez fueron muy altas o no vieron cuales serían en lo que se centraría el mundo de la industria y la innovación.  Pero de lo que si podemos estar seguros que en nuestro presente no es decepcionante, tenemos la fortuna de vivir una cuarta revolución industrial, aunque muchos ni siquiera lo sepan.

La historia siempre hace más énfasis en la primera revolución industrial que en el resto de ellas, por lo que muchos se preguntaran cuáles fueron las segunda, tercera y cuarta revolución. La segunda fue la producción en masa. La tercera la revolución de los ordenadores. Finalmente la cuarta la cual es la que me interesa exponer es la de los objetos inteligentes o también llamada el Internet de las cosas. Uno de los objetos más usados de esta nueva revolución industrial ha sido el Smartphone, gracias a él tenemos un ordenador en la palma de nuestras manos que también nos sirve para comunicarnos telefónicamente, algunos, como es mi caso particular uso más mi Smartphone que mi laptop, de hecho mi Smartphone es mucho más rápido y potente que él.




El tener un ordenador en nuestro bolsillo el cual nos permite conectarnos a internet desde cualquier parte, es un gran avance que muchos no lograron  preveer en el pasado. Este gran avance abre la puerta para nuevas formas de negocio, como es la economía colaborativa digital. Una de las empresas de ese nuevo tipo es la polémica Uber, la cual ha sido atacada por la mayoría de gobiernos, sin mencionar que en algunas ciudades como Bogotá o en Mexico, D,F, los taxistas han usado la violencia física contra los usuarios y chóferes de esta compañía.



 El caso de Uber, requiere ser mirado con cuidado ya que es la aplicación que abre camino a otras más que puedan traer grandes aportes a los consumidores. El problema con Uber reside en el monopolio estatal que la mayoría de los gobiernos han creado en el sector de los taxis, a los cuales obliga a pagar una licencia para poder trabajar, limitando así artificialmente la oferta de este servicio, además también se arroga el derecho de regular el precio de las tarifas, a cambio el gobierno los ha protegido de la competencia. La llegada de Uber ofreciendo un servicio de mayor calidad y satisfacción a los usuarios hizo saltar en cólera al gremio de taxistas que han pedido al gobierno que le prohíba a Uber continuar.





 El mutualismo estado y sector privado en el caso de las taxis ha conllevado a perjudicar a los usuarios de este transporte, que deben pagar más por un servicio que no los satisface sobre todo en lugares como Latinoamérica. Los liberales como se esperan han defendido a Uber, por lo que nuestros enemigos nos acusan de querer perjudicar a los trabajadores humildes del sector del taxi, en beneficio de una empresa Americana, que solo busca enriquecerse. No piensen mal, los liberales luchamos tanto por los taxis y por Uber, nosotros queremos que se igualen las condiciones en igualdad de beneficio y no en igualdad de perjuicio. Los liberales abogamos por que el estado deje de limitar la oferta de taxis, que deje de cobrarles licencias  y regular los precios que deben cobrar, el cual debe ser pactado por cliente y proveedor del servicio. Eso beneficiaria tanto a conductores como a pasajeros, con mejores precios y mejor calidad del servicio. Pero como podemos esperar el gobierno prefiero seguir manteniendo monopolios del transporte a los cuales les puede sacar dinero vía impuestos, sin contar favores o sobornos de los poderosos de  este sector. Mientras que si liberaliza el gobierno no podrá seguir sangrando a usuarios y chóferes.



En España la app Bla bla car, la cual consiste en viajes en automóvil donde los gastos de gasolina se reparten entre los pasajeros, se vio presionada por el gobierno para pagar IVA a los pasajeros que viajen a través de esta plataforma. Afortunadamente ha resistido la presión de la patronal de autobuses. Es una lástima que el estado este usando su poder coercitivo para poner el palo en la rueda de este nueva forma de hacer negocios, la cual es más económica, personalizada, libre, eficiente que nos beneficia a todos. Hasta los antisistema y comunistas se benefician de esta nueva formas de economía. Pero no piensen que la economía colaborativa digital es antagonista al capitalismo, por el contrario es complementaria ya que favorece los intercambios voluntarios, a quienes perjudican es a los mercantilistas, corporativistas y estatistas que pierden poder sobre las transacciones comerciales.






Las nuevas formas que permiten ahora las nuevas tecnologías no se limitan al transporte como Uber, el abanico es muy amplio, hay aplicaciones de alquiler de automóviles, habitaciones o herramientas por horas o días, permite que personas ofrezcan servicios múltiples, como por ejemplo un chef puede usar una aplicación que lo ponga en contacto con personas a las cuales quieran contratarle para que les cocine en su casa, o para el mismo ofrecer su casa a quien quiera venir a comer alguna especialidad. La compraventa de artículos usados también está haciendo su incursión con apps como Wallapop. Un sector tan  importante como el financiero ya también está en este mundo, donde los crowfunding a préstamos personales o la financiación de proyectos como lo es kick start.  Las probabilidades son muchas, dejando que la imaginación y el espíritu emprendedor puedan cabalgar exitosamente. El único impedimento es el voraz estado que todo lo quiere controlar  y su apetito de recaudación.



Las apps permiten que la relación entre productor o prestador de servicios sea más cercana, eso no quiere decir que el fundamental  papel del intermediario se pierda, por el contrario le permite que la intermediación. Esta es una de las razones por lo que dije que algunos comunistas apoyan estas formas de economía colaborativa digital, ya que piensan que con esto hace daño a los intermediarios y a los grandes capitalistas, este error de considerar parásitos sin valor a los intermediarios, no solo viene de Marx, también Adam Smith cometió el mismo error, como dejaría en evidencia F.Bastiat:

'' pues, el error de los socialistas modernos, que no cesan de presentar como a parásitos improductivos a los que llaman los intermediarios entre el productor y el consumidor, como negociantes o mercaderes. ¿Nos prestan servicios? ¿Sufren alguna incomodidad por nosotros y nos la ahorran? Así es, y en este caso crean valor, aunque no creen materia. Y, además, como nadie crea materia, como todos nos limitamos a prestarnos servicios recíprocos, es exacto decir que todos son, incluso los agricultores y los fabricantes, intermediarios, los unos con relación a los otros.''
- Frederic Bastiat - (Armonías Económicas).

Si bien es deseable que la distancia entre productor y comprador sea lo menor posible para abaratar costos y permitir realimentación de información y una mayor flexibilidad, lo cierto es que el intermediario no se puede eliminar. En el caso de la economía colaborativa el papel del intermediario es mucho mejor con la ayuda de la tecnología. Así que amigos comunistas no piensen que apoyándola van a debilitar al capitalismo, tal vez perjudiquen algún gran empresario corporativista que haya hecho su fortuna con la ayuda del estado, lo cual es deseable por los liberales también que apoyamos el libre mercado sin beneficios para nadie.



La decepción que nos puede causar no tener skates voladores, autos voladores, maquinas del tiempo, generadores de energía ilimitada, teletransportadores, robots casi humanos que se encarguen de las tareas difíciles y aburridas aún están lejanas en el tiempo, pero a cambio tenemos nuevas formas de hacer negocios y generar riqueza, la cual es necesaria si queremos acabar pronto con la pobreza. Recordemos que los productos y servicios baratos a quien más benefician son a los que tienen menos poder adquisitivo. La única piedra en el camino es el estatismo imperante.

Habrá un segundo post abarcando otras consecuencias positivas de esta cuarta revolución industrial que me he dejado en el tintero y son también relevantes.

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