jueves, 17 de diciembre de 2015

Los defensores del liberalismo y el capitalismo no somos malvados.




Los liberales que defendemos el capitalismo continuamente somos el blanco de críticas injustificadas por nuestra posición ante la economía y la política. Se nos considera seres malvados que defendemos el abuso de los poderosos, la contaminación, la usura, las invasiones, el imperialismo, la guerra y un sinfín más de cosas malas. Todo esto por la visión negativa que se tiene sobre el liberalismo y el capitalismo, por lo general mal  infundada por desconocimientos de que son en realidad, es increíble que hasta los que se suponen que deberían conocerlos mejor son los economistas, pero es en sus filas donde encontramos sus mayores enemigos.


Entrevista a los autores del libro "el liberalismo no es pecado".

Dedicarme a refutar todos los clichés anti liberales me llevaría un libro con bastantes páginas. Por lo que en futuros post escribiré sobre los que considero más graves. Por el momento tratare de quitar esa etiqueta que nos ponen a los liberales de ser crueles personas que se regocijan con la pobreza y la miseria, mientras unos pocos viven como reyes. Es falso que defendamos algo así, todo lo contrario. Los que defendemos el capitalismo de libre mercado lo defendemos porque sabemos que es la mejor manera que tienen los pobres de salir de la pobreza. Nosotros no odiamos a los pobres pero si a la pobreza. La mejor manera de acabar con la miseria es creando mucha riqueza para que los más desfavorecidos puedan beneficiarse de ella, como lo defiende el economista Peruano  Hernando de Soto, quien identifica que los países pobres son los que no han producido el capital suficiente para salir adelante, dando las pautas para que puedan llegar o superar a los países ricos del mundo.

También es falso que defendamos a los ricos, ellos se pueden defender solos. Nosotros defendemos la creación de riqueza, sin ella no se puede superar a la pobreza. Lo malo de los que quieren ayudar a los pobres, es que han formulado mal el problema de la pobreza, no debemos preguntarnos por qué son pobres, eso ya lo sabemos, lo que tenemos que preguntarnos es por qué no son ricos. Debemos formularnos como crear riqueza para que puedan salir por sus propios medios, sobra aclarar que crearla no es fácil y requiere trabajo duro y esfuerzo.




La demonización del rival es algo muy usado para desacreditarlo, los liberales no hemos sido capaces de superarlo, dejando que los enemigos de la libertad y el capitalismo se apropien de ser los defensores de los pobres cuando sus ideas son contraproducentes.  Es normal que los socialistas utilicen ideas intuitivas que son atractivas pero funcionan mal, mientras el liberalismo tiene ideas contra intuitivas pero que funcionan bien. Esa es una de las razones por las que perdemos seguidores. El discurso emocional se sobrepone sobre el razonamiento, haciéndonos ver crueles como cuando defendemos que no haya salario mínimo.   La idea suena bien que haya un salario estipulado por ley mínimo, para que no se aprovechen del trabajador, pero por desgracia el salario mínimo a quienes perjudica más es a los pobres y a los jóvenes inexpertos privándolos de obtener trabajo y experiencia, sin contar otros efectos adversos que tienen. Los países con los salarios más altos y menos desempleo  no tienen salario mínimo.

Ejemplos como el anterior de una idea que suena bonita y es perjudicial hay muchas. Por eso los liberales solemos estar continuamente leyendo y aprendiendo sobre economía para evitar caer en defender medidas económicas dañinas o que en el corto plazo puedan dar algún resultado bueno pero que al mediano y largo plazo sean desastrosas. Por eso es necesario aprender economía y no digo con eso hacer una carrera universitaria en economía, pero si adquirir unos conocimientos básicos de ella y diferenciando entre economía y econometría.

Sí un liberal defiende una idea por más mala que pueda parecer, es porque sabe que tendrá un efecto positivo y no el efecto adverso que se espera de ella. Como dijo el genial F.Bastiat:

Toda la diferencia entre un mal y un buen economista es ésta: uno se limita al efecto visible; el otro tiene en cuenta el efecto que no se ve y los que hay que prever.

Los que consideramos beneficioso el capitalismo de libre mercado es porque vemos ese efecto invisible que hay detrás de cada medida económica. Por eso es injusto que nos consideren malvados por el solo hecho de ser orgullosamente liberales  pro capitalismo. Como personas somos buenos y malos según nuestros actos, mas no por defender nuestra ideología. Es absurdo que nos consideren malos por no pensar como los demás. Por último pido que por favor que ya nos dejen de llamar neoliberales. 

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